Fame antigua
TÚ CONTINÚA CÓMODO:
EL SOFA PIENSA POR TI; TU DISPOSITIVO MASTICA TU MASA GRIS Y LOS ESPECTADORES SE FROTAN LAS MANOS.
Hemos podido escuchar a algunos preclaros decir que leer no sirve para nada. Es más sencillo no hacerlo, dónde va a parar. ¿Para qué complicarse la vida si ya hay resúmenes en YouTube y memes explicativos de cualquier relato?. Total, ¿qué más da ejercitar el cerebro, ampliar el vocabulario o aprender a pensar desde distintos ángulos? Es más saludable vivir con cuatro frases hechas, dos refranes y un insulto estándar para cada situación.
Vemos en nuestras televisiones a los políticos, esos grandes cerebros, tratando de polarizar la sociedad. Lo logran, por supuesto que lo hacen, pues inocular la facilidad para inocular el veneno de su relato crece de un modo directamente proporcional a la ingenuidad del público al que apuntan
Ahora no hay tiempo para leer. Preferimos el fast food intelectual envuelto en pequeñas píldoras de sabiduría ancestral en el interior de una galleta de la suerte. Ante un texto de más de tres párrafos, el personal se echa para atrás, se mesa el cabello y bufa negando con la cabeza. Es un arduo trabajo ese de leer un texto.
Pero ya no hablemos de entenderlo. Cuando se carece de inteligencia natural es más sencillo buscar una inteligencia artificial que nos dicte lo que quiere decir el texto que tenemos delante. No nos pararemos a pensar (por favor, pensar, qué ordinariez) de dónde salen esas ideas que nos arroja a las pantallas de nuestros dispositivos electrónicos de última generación y un precio que invita al sonrojo.
Eso de dotar al lector de una mayor profundidad en el lenguaje… ¿para qué? ¿Pensar? ¿En serio, otra vez pensar? Bah, qué pesado, bro. No nos hagamos pajas mentales con eso de que el pensamiento está hecho de palabras y, por lo tanto, cuánto mayor sea nuestro conocimiento del lenguaje, mayor profundidad tendrá nuestro pensamiento. Nuestra capacidad de reflexión se verá ensanchada y nuestros horizontes más amplios llegarán hasta los confines abruptos de un universo plano. ¿Se han parado a pensar en por qué se llama “planeta”? Igual tienen razón los terraplanistas, ojo.
¿Conocimiento? Por favor, qué pérdida de tiempo. Mucho más fácil que alguien con traje y corbata piense por ti y te diga qué opinar, qué sentir, a quién amar y a quién votar. Porque la vida es eso, comodidad. Pensar también nos da perspectiva y empatía. ¿Perspectiva y empatía? Bah, sobra. ¿Quién quiere ponerse en la piel del otro cuando es mucho más divertido gritarle que está equivocado y que es un bobo de mierda? ¿Creatividad? Es totalmente innecesaria: basta con copiar el último chiste malo de la tele.
Pensar también nos da perspectiva y empatía. ¿Perspectiva y empatía? Bah, sobra. ¿Quién quiere ponerse en la piel del otro cuando es mucho más divertido gritarle que está equivocado y que es un bobo de mierda?
¿Creatividad? Es totalmente innecesaria: basta con copiar el último chiste malo de la tele.
¿Conocimiento? Por favor, qué pérdida de tiempo. Mucho más fácil que alguien con traje y corbata piense por ti y te diga qué opinar, qué sentir, a quién amar y a quién votar. Porque la vida es eso, comodidad.
El resultado es brillante: un pueblo que no lee y piensa en plano, vive en plano y se deja gobernar por incapaces. Permite y jalea a una prensa que en lugar de debatir, ladra; en lugar de razonar, insulta; y en lugar de iluminarnos, apaga nuestras neuronas con las mayores estridencia y estupidez posibles.
Pero tranquilos, sigamos sin leer: la ignorancia siempre garantiza un espectáculo gratis… aunque la entrada se pague con el futuro de una nación.
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